
Tres jóvenes de Verona decidieron desafiar el frío y la montaña a bordo de tres ciclomotores históricos, los Ciao, transformando lo que habría sido un simple viaje de esquí en una aventura épica por los Dolomitas.
La idea surgió casi como una broma, de una apuesta entre amigos amantes de la aventura. Tras recuperar scooters viejos en condiciones desastrosas, los reacondicionaron y se lanzaron a conquistar el Paso de Valles. El viaje, documentado en redes sociales y viralizado, resultó largo y agotador: las empinadas subidas requerían no solo el uso del acelerador y un pedaleo enérgico, sino también la fuerza de los brazos para impulsar los vehículos.
A pesar de las dificultades, los tres amigos han recibido una oleada de cariño y apoyo en la web, fascinados por su extraordinaria hazaña. El éxito inesperado los ha impulsado a mirar más allá y a planear nuevas aventuras que involucrarán a un grupo más amplio de entusiastas.
Hablamos con Marco Brentegani, colaborador de Ferrino y uno de los impulsores de esta iniciativa , para saber más sobre esta increíble aventura.

¿De dónde surgió la idea de esta aventura?
La idea surgió hablando con mi hermano durante unos momentos de relax en casa. Es ingeniero automotriz y, por pasión, a menudo ha traído algunos Ciao para preparar. Así que se nos ocurrió esta idea un poco loca: llevarlos a esquiar a los Dolomitas.
¿Cuál fue la parte más desafiante de todo el viaje?
Las partes más difíciles fueron dos: la parte final de la subida, porque el Ciao no podía subir más. Se habían sobrecalentado y fue muy agotador, físicamente, llegar a la cima.
El último día, pues, fue el regreso. Después de todo el cansancio acumulado, conducir desde Passo Valles hasta casa de una sola vez fue bastante exigente. Pero debo decir que la llegada fue increíble: lograr completar esta aventura, sin saber hasta el último minuto si lo lograríamos, fue una enorme satisfacción.

¿Cuales son los paisajes o momentos que más te impactaron?
Los paisajes eran definitivamente espectaculares. Estábamos inmersos en los Dolomitas, entre las montañas más hermosas del mundo. Entre los mejores momentos del viaje estuvieron los de cuando paramos para comprobar que todo estaba bien y para asegurarnos de que quienes tenían el vehículo en mayor dificultad pudieran continuar. Fue un hermoso momento de comunidad: en estas aventuras, no se trata solo de llegar, sino de llegar con amigos. Incluso los momentos de descanso en la naturaleza fueron especiales. Después de tanta escalada, meternos por fin en el saco de dormir y dormir inmersos en el silencio de la nieve es un recuerdo que guardaremos con nosotros durante mucho tiempo.

¿Cómo planificaste la ruta?
Decidimos la ruta sobre la marcha, sin ninguna certeza de poder llegar a destino. Fue una aventura en todos los sentidos: con dos poleas Ciao y un variador (como tener dos bicicletas sin marchas y una con marchas), afrontar las subidas fue todo un reto.
¿Qué equipo utilizaste para afrontar las diferentes fases del viaje?
Además de todo el equipo para el Ciao (cascos, bolsas hechas por nosotros con bidones), usamos mochilas Ferrino, lonas impermeables para aislar el suelo y, sobre todo, sacos de dormir y esterillas . El material debía ser de alto rendimiento, ya que dormimos en la nieve sin ningún refugio. Teníamos sacos de dormir Lightech 1400 y, para el aislamiento, usamos una esterilla y otra de invierno . Sin un buen equipo, habría sido imposible descansar en el intenso frío. Las mochilas con capucha desmontable, modelo Dry Hike 40+5 , eran muy cómodas: las transformamos en bolsas para bicicletas para el Ciao, optimizando el espacio limitado de los vehículos. Finalmente, teníamos el equipo de esquí de montaña para llegar al destino final.

¿Cuáles fueron los aspectos logísticos más complejos?
Lo más complejo fue encontrar la manera de transportar todo el equipo en el Ciao, dado el espacio limitado disponible. Para un vivac invernal y esquí de montaña, necesitábamos llevar mucho material. Además, existía la incertidumbre subyacente: no sabíamos si podríamos llegar al final. Cada día era un descubrimiento.
¿Cuánto tiempo te tomó completar el curso completo?
Nos llevó unos tres días. Los dos primeros los dedicamos a la ascensión, y la segunda noche, acampamos en la nieve sobre el Passo Valles. El último día hicimos un único esfuerzo para volver directamente a casa.

¿Próxima aventura…?
La próxima aventura, al menos para mí, es el viaje de casi tres meses al Cabo Norte en invierno , con autocaravana, en el que estoy metido ahora mismo. ¡Sin duda más cómodo, aunque mucho más frío! Ya tengo otras aventuras planeadas, también con el Ciao, pero más de cara al verano... así que, al menos, un poco más relajado.
